2/2/07

Obesidad, microbios y hormonas

Las pasarelas de la moda están de moda, pero no por la moda en si misma, que siempre es noticia, sino por las modelos, y en concreto por su masa corporal. En la lucha contra la anorexia el ministerio competente quiere que se controle este aspecto de manera que no se publiciten estilizaciones anoréxicas como modelos o estereotipos a seguir. El peso corporal está regulado por la genética de la persona y otros factores como la fácil disponibilidad de alimentos muy energéticos y baratos, pensemos en las super-hamburguesas y demás comida rápida que tanta polémica está levantando, y la escasa actividad física que caracteriza a nuestra sociedad sedentaria, que ya no tiene que correr detrás de la comida, como lo hacían nuestros ancestros hace muchos miles de años.

Según se acaba de publicar en la prestigiosa revista Nature, también el microbiota, o conjunto de microorganismos que coloniza el intestino, puede desempeñar un papel importante en el mantenimiento del peso corporal. Permítanme un breve apunte técnico. Dentro de las bacterias hay dos grandes divisiones denominadas Firmicutes y Bacteriodetes. Firmicutes contiene más de 250 géneros, incluidos los Lactobacillus, las bacterias de los yogures, ¿recuerdan? Bacteriodetes contiene unos 20 géneros de los cuales el más importante es Bacteriodes.

Pues bien, se ha visto que en obesos abundan mucho más los Firmicutes que los Bacteriodetes. Parece ser que los microorganismos del intestino de los obesos son capaces de degradar más fibra de los alimentos que los de los flacos. De esta manera, los microorganismos de los obesos serían más hábiles para extraer la energía de los alimentos que los microorganismos de los flacos, y por ello extraerían más calorías de la misma cantidad de alimento. Esta eficiencia se traduce en un incremento pequeño pero continuado en la ingestión de calorías que no se ve compensado con un gasto energético equivalente. Se cree que esta circunstancia podría ser una de las causas importantes del incremento de peso.

Ahora bien esta es solo una pequeña parte de la historia. Hay muchos factores complejos implicados en el mantenimiento del peso. Por ejemplo los hormonales. Entre las hormonas relacionadas con el peso corporal se ha citado recientemente una nueva denominada leptina, cuya concentración aumenta al aumentar la grasa corporal. Esto se considera que es una señal que envía el tejido adiposo al cerebro indicando que nuestros depósitos de grasa están llenos, más o menos. La leptina produce, entre otros efectos, la reducción del apetito y el aumento del metabolismo de grasa. En los obesos se produce una resistencia a la leptina que provoca que los efectos de esta hormona sean menores y por lo tanto que la persona tenga tendencia a engordar.

Según lo que vamos sabiendo, el tejido adiposo no es algo que «sobre», sin más, sino que es una fuente de señales metabólicas cuya misión final es permitir el ajuste energético entre lo que ingerimos y lo que gastamos. La diferencia si es positiva se acumula en forma de grasa y si es negativa la grasa se quema. «Liposuccionar» sin cambiar el estilo de vida sirve para poco tiempo.

En la obesidad juegan muchos factores fisiológicos, ambientales y culturales, y otros que todavía no conocemos y que en los próximos años la investigación biomédica irá desvelando. Lo que si que está claro es que la salud exige optimizar nuestra masa corporal. No es un tema baladí, y bien hace el Ministerio de Sanidad y Consumo en actuar sobre estos temas (programa NAOS entre otras acciones), aunque quizás más que legislar de manera restrictiva debería hacerse de manera educativa. Así que ya sabe: a comer suficiente, variado y sano. ¡Ah! Y no se olvide de hacer ejercicio y, si puede, deje de fumar. Ageno Ajeno

Tomás Girbes

Saludos Cordiales

Dr. José Manuel Ferrer Guerra

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