18/8/15

¿Cómo prevenir la obesidad infantil? [18-8-15]


¿Cómo prevenir la obesidad infantil?

La obesidad infantil es un problema de salud que registra un preocupante incremento en los últimos años debido principalmente a inadecuados hábitos alimenticios de las familias. Las estadísticas de los países desarrollados dan cuenta que cinco de cada diez niños padece de obesidad, cifra que podríamos alcanzar en pocos años si es que los padres de familia no adoptan cambios, sobre todo en la dieta, para prevenir esta epidemia.

Según el doctor Helard Manrique Hurtado, director médico del Centro de Investigación en Diabetes, Obesidad y Nutrición, y médico endocrinólogo del Hospital Loayza, la obesidad infantil, pone en riesgo la salud de los menores ya que los predispone a contraer enfermedades como la diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Además genera una baja autoestima y genera daños psicológicos y sociales.

Por ello alertó a los padres de familia a adoptar medidas para prevenir la obesidad en sus hijos, mediante estilos de vida más saludables, lo cual incluye una adecuada alimentación y la práctica de actividades físicas.

“El aumento de la obesidad en niños y adolescentes es consecuencia de cambios en la dieta (mayor consumo de dieta hipercalórica como la comida “chatarra” rica en grasas y carbohidratos) y disminución de la actividad física, debido a que los niños pasan más horas frente al televisor, a la computadora y los juegos electrónicos”, dijo.

Consejos:

El Dr. Helard Manrique dio a conocer que a fin de prevenir la obesidad en los niños los padres de familia pueden seguir los siguientes consejos:

- Fomentar en el niño adecuados hábitos alimenticios, mediante una alimentación variada y completa a partir de sus primeras comidas.

- Cocinar comidas nutritivas o preparar frutas y verduras en forma divertida, lo cual será de gran ayuda, ya que la presentación de los alimentos es importante para ellos.

- Incrementar la ingesta diaria de frutas y verduras. Facilitar y estimular en los niños el consumo de frutas dejándolas limpias y a la vista de ellos.

- Disminuir la ingesta de carbohidratos (azúcares, harinas, bebidas azucaradas, chocolates) y de grasas de origen animal (carne roja, embutidos, quesos).

- Beber entre uno y dos litros de agua al día.

- Aumentar las actividades físicas al aire libre (andar en bicicleta o patines), ya que es importante para el desarrollo físico de los niños y ayuda a eliminar los excedentes de grasas y calorías.

- Los niños deben tener entre cuatro y cinco comidas diarias y deben comer cuando tengan hambre y no solo por comer. La cena debe ser ligera.

- No utilizar los alimentos o golosinas como “premios”, regalos o beneficios para los niños, y tampoco como “castigo”.

- Un desayuno correcto provee al niño de la energía que necesita y le evitará cansancio, bajo rendimiento intelectual y físico y el sedentarismo. Un buen desayuno debe contener cereales, lácteos y frutas.

- Al hacer las compras los padres, y no los hijos, deciden lo que se va a comer en casa. Incluir más fruta y verdura y menos grasas y productos azucarados.

- No es conveniente prohibir totalmente ciertos alimentos, como los dulces, porque en su justa medida no son perjudiciales y no comerlos nunca puede generar ansiedad en los pequeños y rechazo por otros alimentos.

- Hay que procurar comer en familia, siempre que sea posible, para supervisar lo que come el niño (tanto qué como cuánto).

- En niños con sobrepeso los cambios en el estilo de vida deben ser paulatinos y a largo plazo, sin buscar pérdidas de peso significativas en poco tiempo.

- Al comer fuera de casa hay que elegir restaurantes donde se sirvan ensaladas y guisos y no solo comida rápida (“chatarra”).

Si bien los niños pueden ser obesos también por causas genéticas o antecedentes familiares como la diabetes, en la mayoría de casos es consecuencia de inadecuados hábitos, sobre todo alimenticios, que llevan a los niños a ganar más peso del aconsejado para su edad y contextura. También puede ser generada por una causa orgánica, como la disfunción de alguna glándula endocrina, como la tiroides.
 

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