23/8/15

La obesidad puede inactivar el reloj circadiano en el sistema cardiovascular [23-8-15]

 
La obesidad puede inactivar el reloj circadiano en el sistema cardiovascular

En una nueva investigación, se ha comprobado que un gen del reloj corporal general, que regula el sistema cardiovascular, no fluctúa con la regularidad con que sí lo hace en individuos sin sobrepeso

Las personas obesas suelen padecer más problemas de salud que las de peso normal. Son más propensas a desarrollar resistencia a la insulina, diabetes, potenciación de las hormonas del estrés, hipotiroidismo, y apnea del sueño.

En una nueva investigación, se ha comprobado que un gen del reloj corporal general, que regula el sistema cardiovascular, no fluctúa con la regularidad con que sí lo hace en individuos sin sobrepeso. Esto indica que la obesidad hace que un gen clave del reloj del sistema cardiovascular no funcione correctamente.

Este hallazgo, hecho por un equipo de especialistas de la Universidad de Ciencias de la Salud de Georgia en Augusta, Estados Unidos, es, que se sepa, el primero de su tipo.

El estudio fue realizado sobre ratones, por Shuiqing Qiu, Eric Belin de Chantemele, James Mintz, David J. Fulton, R. Daniel Rudic y David W. Stepp.

Los seres humanos y la mayoría de los animales estamos programados en líneas generales para responder fisiológicamente a ciclos día/noche resultantes de la rotación de 24 horas del planeta.

A lo largo de la evolución, el cuerpo ha sido entrenado para comer y realizar otras actividades como reacción ante señales ambientales que indican que es de día, y para descansar y dormir en respuesta a la oscuridad y otras señales que indican que es de noche.

Se cree que en los individuos obesos los ritmos circadianos naturales están alterados. Los individuos obesos a menudo comen sin respetar unos horarios fijos, y particularmente a altas horas de la noche. Además, a menudo padecen apnea del sueño, la cual altera su ritmo de sueño y dificulta que duerman como es debido.

Por otra parte, los trabajadores nocturnos tienen mayor riesgo de volverse obesos o padecer otros trastornos porque sus necesidades fisiológicas están invertidas con respecto a lo que sería natural. Por ejemplo, puede que se levanten a las diez de la noche y tomen un desayuno copioso para afrontar la jornada de trabajo, cuando el cuerpo, de manera natural, está predispuesto a gastar menos energía y a dormir.

No lo tienen mejor los trabajadores con turnos rotatorios (quienes trabajan una semana en un turno de día y la siguiente en el turno de noche). Estas personas son propensas a la obesidad u otros trastornos porque las señales que ayudan a mantener estable su ritmo circadiano no paran de cambiar semana tras semana, impidiendo así que el cuerpo se acostumbre debidamente.
 

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